LA IMPORTANCIA DE LAS CICATRICES
Para empezar, hay que hacer una distinción entre “regeneración” y “cicatrización”. En el primer caso, el tejido dañado es sustituido por el mismo tejido celular, por lo que la piel no pierde elasticidad. Sin embargo, en el segundo caso, el tejido dañado es sustituido por tejido conectivo fibroso, modificándose su viscoelasticidad. Es el proceso normal cuando se dañan tejidos más profundos.
Pensamos que una cicatriz solo tiene tensión cuando adquiere forma de queloide o presenta adherencias (que por cierto, pueden estar a nivel profundo y no a nivel superficial). Pero a veces nos encontramos con cicatrices que tienen la tensión opuesta, es decir, una falta de tensión. Es lo que llamamos “vacío”, cuando al palpar la cicatriz lo que nos encontramos es una falta total de tono en el tejido, y es como si de repente este se hundiera.
Sea como fuere, las cicatrices, aunque no sean queloides ni estén en vacío, y aparentemente estén bien, siempre suponen una destrucción del tejido conectivo y su sustitución por tejido fibroso, por lo que es importante trabajarlas porque pueden producir una serie de problemas asociados:
- tensión y restricción fascial
- dificultad de movilidad y motilidad
- limitación funcional de la zona
- alteración de la propiocepción local
- aumento de la información nociceptiva del Sistema Nervioso
- adaptación de otras estructuras para evitar daño (alteración del esquema corporal)
- alteración de la elasticidad y funcionamiento de los tejidos a distancia:
- respiración
- digestión
- eliminación (heces, orina, sistema linfático)
- Sistema Nervioso
- etc.
Algo muy interesante en relación a las cicatrices, es que estas pueden tener asociadas varios tipos de tensiones. Y para entender esto es necesario hablar de las “memorias”.
Cuando nos hacemos una lesión, bien por un traumatismo del tipo que sea o bien por cirugía, se forma la cicatriz y esta guarda una serie de memorias:
- una memoria fisica: se refiere a la afectación de las fascias, las cadenas musculares, el tejido neural, el tejido vascular, etc.
- una memoria química: se refiere al estado del terreno celular donde se encuentra la cicatriz, si por ejemplo previamente hay un tumor, una infección (que también puede producirse a posteriori si se infecta la herida), etc.
- una memoria emocional: se refiere al estado emocional existente antes, durante o después de producirse la lesión. Por ejemplo, imaginemos un corte en una mano durante un accidente de coche en el que casi perdemos la vida. Al final, a pesar de no haber más lesiones, y el corte de la mano cicatrizar bien y rápido, la memoria emocional debido al susto será muy importante.
- Una memoria energética: se refiere a los planos energéticos en los que puede interferir una cicatriz, por ejemplo, que corte un meridiano de acupuntura, o que afecte a una víscera y afecte a su ritmo circadiano.
Si cualquiera de estas memorias tiene mucha tensión, los problemas asociados de los que hablaba antes pueden ser muy pronunciados. Por eso es muy importante valorar todas las cicatrices desde muchos puntos de vista, y no solo darles importancia si han desarrollado queloide o son muy gruesas.
Y no olvidemos que las cicatrices pueden ser de muchos tipos, desde cortes a cirugías (con especial atención a las existentes en tronco y cabeza). Se consideran también cicatrices las extracciones dentales, fracturas óseas, piercings, hemorroides, abortos, etc.
En nuestro centro somos especialistas en el tratamiento de cicatrices, utilizando técnicas que van desde la terapia manual hasta la acupuntura, pasando por kinesiotape o suplementación regeneradora. Sin olvidar por supuesto la radiofrecuencia Capenergy, tan importante en este tipo de tratamientos por la ayuda a la formación de colágeno que da elasticidad a los tejidos.