preloader

Síguenos en nuestras redes

SINDROME DEL PIRAMIDAL

SINDROME DEL PIRAMIDAL

Seguro que ya alguna vez has oído hablar del músculo piramidal, sobre todo si eres deportista, porque es un músculo que se sobrecarga muchas veces. Y quizás sepas también que incluso tiene su propio síndrome, el “síndrome del piramidal”, que da una sintomatología muy parecida a la ciatalgia (dolor en el territorio del nervio ciático). Y efectivamente, él es el causante de tal dolor, puesto que se contractura y comprime dicho nervio, provocando dolor en el recorrido de este.

La cuestión es que, una vez más, nos quedamos en el síntoma y no en el por qué. En este cuadro que estamos describiendo, el nervio ciático es el damnificado final, evidentemente, y la culpa se le atribuye por completo al músculo piramidal, como causante de la irritación del nervio.

Pero como hacemos siempre en consulta, hay que ir un poco más allá. Debemos preguntarnos por qué este músculo incrementa su tensión llegando a la contractura mantenida en el tiempo que genera los síntomas.

Si eres deportista, puedes encontrar esta causa en la sobrecarga muscular, y no podemos negar que esto puede ser posible. Pero este síndrome aparece también en personas que no practican deporte de manera importante, o cuando hacemos reposo y descansamos, con lo cual, en estos casos, esta causalidad podemos cuestionarla un poco más. O por lo menos no basar en esto el 100% del diagnóstico.

Para poder buscar otras causas que puedan originar este cuadro, necesitamos entender las inserciones de este músculo (desde la cara interna del sacro hasta el trocánter mayor del fémur), su posición en la pelvis (por la parte posterior de las vísceras extraperitoneales) y cuales son sus funciones, que son fundamentalmente 3:

  1. Es rotador externo de cadera cuando esta está en extensión y es rotador interno de cadera cuando esta está en flexión de más de 90 grados. Es decir, que toma punto fijo en el sacro y tracciona del trocánter del fémur de una u otra manera dependiendo de cual sea la posición de partida de la cadera.
  2. Es estabilizador de la pelvis, tomando punto fijo en el trocánter y torsionando el sacro en función de las necesidades mecánicas de la estructura pélvica.
  3. Es guardián del periné, protegiéndolo de toda forma de distensión, por lo que juega un papel importante en el suelo pélvico.

Esta última función es la más interesante, y paso a explicar por qué. Las vísceras extraperitoneales de las que hablaba antes, son el recto, la vejiga urinaria y el útero y vagina en el caso de las mujeres y la próstata y la vesícula seminal en el caso de los hombres. Estas vísceras se llaman extraperitoneales porque están fuera del peritoneo, que es una fascia que envuelve todas las vísceras del sistema digestivo de diafragma para abajo.

Cuando hay un aumento de presión dentro del peritoneo, es decir, en el abdomen, esta presión se puede transmitir hacia abajo, haciendo sufrir al periné o suelo pélvico (que en realidad es un diafragma) y a estas vísceras extraperitoneales, que se ven empujadas en la misma dirección.

En esta situación, el piramidal, haciendo honor al nombre dado anteriormente de “guardian del periné”, se contrae para devolver esa presión hacia arriba y salvaguardar tanto las vísceras como el periné.

Si esta hiperpresión abdominal no es momentánea y se mantiene durante un tiempo, por ejemplo en un caso de estreñimiento, la contracción del piramidal también será mantenida en el tiempo, lo que puede llegar a provocar un engrosamiento de sus fibras que “pinzarán” el nervio ciático que pasa entre ellas, provocando sintomatología en el recorrido de este.

Por eso, todo aquello que provoque aumento de presión en el abdomen, podrá dar un “síndrome piramidal”. Y si a esto le sumamos la sobrecarga mecánica, por ejemplo, con la práctica de deporte, pues el cuadro podrá agravarse mucho más.

Así que sí, un estreñimiento, un síndrome premenstrual, la propia menstruación, o un mal funcionamiento intestinal del tipo que sea que curse con inflamación, puede desembocar en este tipo de cuadros.

En Valles Fisioterapia analizamos los síntomas dentro de la globalidad, buscando un mejor funcionamiento del cuerpo, más acorde con la fisiología, lo que inevitablemente desemboca en una disminución – desaparición de los síntomas.

Si sufres de un cuadro de “síndrome del piramidal” o cualquier otra afección que disminuya tu calidad de vida, no dudes en consultarnos.

 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Consúltanos: